Wettinia kalbreyeri
La palma macana nos invita a contemplar lo femenino, el ser creador y receptivo, este que nos enseña a construir, a recibir, a contener. Nos invita a dar a luz a aquello que necesita ser gestado en nuestro ser. Nos anima a confiar en que podemos recibir todo lo que necesitamos en la vida, concediéndonos la libertad de fluir de manera serena y suave, como las palmas que danzan al vaivén del viento, entregándose al flujo y al ritmo de la vida.
Wettinia kalbreyeri
Macana, gualte, crespa, guaira bombón, palma bolillo
Familia: ARECACEA.
Observaciones: Cuchilla Jardín-Támesis-Caramanta
En la niebla de las altas montañas de los húmedos bosques andinos, Las Macanas se entregan al flujo y ritmo acompasado del viento, generando un movimiento de vaivén en una delicada danza. Solitarias o agrupadas, se rodean unas a otras, esta energía femenina ilumina el bosque, embelleciendo y transformando la rutina de las formas gruesas, rescatando la armonía. Sus raíces en forma de zancos sostienen un tallo delgado y recto, de color gris, con pronunciadas cicatrices transversales que forman anillos visibles a lo largo de todo el tallo. Cuatro a seis hojas verde oliváceas se abrazan al tallo mediante una vaina muy bien desarrollada y cilíndrica, que se alarga en un gran peciolo, dividido en múltiples segmentos delgados que se despliegan a lo largo de una vena principal, dando un aspecto plumoso que conforma la corona como un gran penacho. Unas brácteas se envuelven unas a otras, de consistencia rígida, persistiendo como un gran escudo que contiene y protege las inflorescencias masculinas de color blanco a crema, asemejándose a una crin de caballo, o las inflorescencias femeninas en forma de racimos de color amarillo pálido y textura suavemente suave. Estas inflorescencias se producen masivamente en la parte más alta del tallo, justo antes de las hojas, dando origen posteriormente a frutos con múltiples semillas elipsoides de color café, con múltiples líneas que se entrelazan, semejando la red del flujo sanguíneo.
El término «macanas» se refiere a unos barrotes de madera dura, de color café, que se han utilizado como balaustres en barandales, ventanas, puertas y corredores. Han formado parte de la decoración arquitectónica del Paisaje Cultural Cafetero. Esta madera también se ha utilizado para fabricar armas, como machetes o porras, para la elaboración de cerbatanas y para construir las célebres y sonoras marimbas en la región del Pacífico.
Los Yucuna emplean las Macanas por su resistencia en la construcción de malocas, asegurando así la estabilidad de su mundo. Sin embargo, durante la cosecha, las macanas no aguantan y se rompen, haciendo temblar la tierra. Los Yucuna creen que un día todas las macanas se romperán, lo que significaría el fin del mundo; entonces los Yucuna descenderían al mundo de abajo.