Cavanillesia platanifolia

Cuando te acercas al volandero, una energía ligera y poderosa te envuelve. Su majestuosidad evoca la grandeza y la nobleza, nos coloca en un lugar privilegiado para observar en calma el valor del recorrido que nos lleva a lo más alto, entre la madera que se alza y el agua que fluye hacia las alturas volar.

Cavanillesia platanifolia

Cavanillesia platanifolia

Volao, volandero, macondo, barril

Familia: Malvaceae/Bombacoideae

Observaciones: Reserva Natural Sasardí

Cavanillesia platanifolia es un gigante de los bosques del Choco- Darién, puede sobrepasar el dosel del bosque, creciendo rápido y ligero. Apenas unas pocas, pero grandes hojas lo ayudan elongasen, engrosar y convertirse en unas corpulentas columnas muy livianas, dado que, su interior posee grandes vasos por donde transportan el agua desde la raíz hasta sus hojas, característica que lo hacen un tallo musical; entre la madera y el agua forman una linda melodía. Por encima del bosque “El Volaó” “Volandero” vuela hacia al infinito, para sobresalir y extender grandes ramas como una alabanza al bosque que lo protege, y allí los gigantes se dejan ver.

En el corazón del bosque, su tronco recto y cilíndrico, con una corteza gris verdosa y anillos marcados, se alza como una columna que gradualmente se ensancha hasta abrirse en ramas que se elevan hacia el cielo. Las sámaras, cápsulas aladas de tonos rosado-naranja, danzan con el viento, otorgándole al Volao su nombre y su espíritu volador. 

Por su porte y familiaridad se asemejan a los Baobob africanos, ocho especies del género Adansonia, Familia Malvaceae. Árboles sagrados y venerados. En los mitos de la creación, el baobab es conocido como el árbol que los dioses plantaron al revés, por su maraña de ramas desgreñadas que se extiende desde la copa del árbol de forma menos ostentosa, como raíces mal colocadas, muy similar al Volao.